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5 de agosto ACTUALIDAD

La UE prohíbe ocho aditivos que daban aroma a los alimentos por ser un riesgo para la salud

La Unión Europea ha decidido prohibir los alimentos que contengan aditivos artificiales ahumados, debido a su posible riesgo de generar cáncer y enfermedades hereditarias.

La decisión llega tras los informes por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), tras evaluar 8 aromas de humo comercializados en la Unión Europea (UE), cuya autorización debía renovarse, el organismo concluyó "no poder descartar preocupaciones sobre genotoxicidad para cualquiera de los 8 sabores de humo". Es decir, por su capacidad para alterar el ADN de las células lo que aumenta el riesgo de desarrollar afecciones como el cáncer y enfermedades hereditarias.

El ahumado es un método utilizado tradicionalmente para ayudar a conservar determinados alimentos como el pescado, la carne y los lácteos. Si bien estos productos, como el famoso salmón ahumado, deben ser consumidos con moderación según los expertos en nutrición, no son los que están bajo el foco.

Sin embargo, a veces este proceso tradicional se sustituye por aromas de humo para darle a estos alimentos un sabor ahumado al ser un profeso más simple y barato. Son estos aditivos los que la Comisión Europea los prohíbe.

Las etiquetas se considerarán prohibidas son: Smoke Concentrate809045 (SF-003), ProFagus SmokeR709 (SF-008), ProFragus SmokeR714 (SF-001), SmokEz Enviro-23 (SF-006), Scansmoke SEF525 (SF-004), Zesti Smoke Code 10 (SF-002), Fumokomp (SF-009) y SmoKEz C-10 (SF-005).

Además de en la carne, el pescado o el queso, también pueden utilizarse en otros productos, como sopas, salsas, bebidas, patatas fritas, helados y productos de repostería. En ocasiones pueden referir a sabor a barbacoa. A la hora de identificarlos en la etiqueta entre sus ingredientes se puede incluir “aroma de madera de haya”, “aroma de humo” o parecidos.

¿Qué riesgos para la salud conllevan?

Los aromas de humo están regulados por separado de otros aromas en la UE, ya que consisten en mezclas complejas de sustancias, que dan lugar a diferentes problemas de seguridad.  Se producen mediante un proceso de combustión de madera llamado pirólisis. Lo que puede generar tóxicos.

"Sobre la base de las pruebas científicas disponibles, no se pudieron descartar las preocupaciones relativas a la genotoxicidad de ninguno de los 8 aromas de humo", concluyó el organismo, que ha publicado un informe independiente por cada uno de ellos.

La genotoxicidad es la capacidad de un producto químico de dañar el material genético de las células. Los cambios o mutaciones en la información genética contenida en una célula pueden aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades como el cáncer y las enfermedades heredadas.

Sin embargo, la probabilidad de que se produzcan estos efectos depende de diversos factores, como la genética y los hábitos dietéticos de una persona. No obstante, Para este tipo de toxicidad no es posible definir un nivel seguro, informa la EFSA.

Adiós a los gustos artificiales ¿Cómo impactará en la industria alimentaria?

La prohibición de estos saborizantes tendrá un impacto significativo en la industria alimentaria, obligando a los fabricantes a reformular sus productos y buscar alternativas naturales. Sin embargo, esta medida es fundamental para garantizar la seguridad alimentaria y proteger la salud de los consumidores. De todas maneras, las compañías fabricantes tendrán de dos a cinco años para modificar sus recetas.

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La prohibición afectará a una amplia gama de productos, incluyendo:

Productos cárnicos: panceta, jamón, salchichas, salame, entre otros.

Quesos: ahumado y Cheddar ahumado.

Sopas: de pollo, de verduras, entre otros.

Salsas: BBQ, de tomate ahumada y más.

Snacks: papas fritas ahumadas, frutos secos ahumados, helados, y otras variedades.

Un futuro más saludable

La normativa de la UE entrará en vigor en 2025, aunque se estima que la eliminación total de estos productos del mercado podría llevar de dos a cinco años. La medida refleja el compromiso de la Unión Europea con la salud pública y la seguridad alimentaria, eliminando ingredientes que representan un riesgo significativo para los consumidores.