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12 de junio ALIMENTOS

El mito de los -18ºC en la congelación de alimentos

Investigadores de la Universidad de Navarra muestran cómo mantener alimentos congelados a -15 ºC es medioambientalmente más sostenible.

Enrique Baquero y Arturo H. Ariño, investigadores de la Universidad de Navarra han publicado un artículo en The conversation en el que abogan por modificar la medida que obliga a mantener los alimentos congelados a -18 ºC o más.
Según aseguran, "la microbiología nos dice que los microorganismos que estropean los alimentos detienen su crecimiento con el frío. Pero según se demostró ya hace años, con mantener los productos a -12 °C es suficiente para que el crecimiento y la actividad bacteriana se detengan".

Un reciente estudio firmado por el director general del Instituto Internacional de Refrigeración (una organización intergubernamental independiente que reúne evidencia científica y técnica sobre el enfriamiento) y cinco coautores, parece que se seleccionó a mediados del siglo XX porque dentro de las temperaturas consideradas seguras corresponde precisamente a los 0 grados Fahrenheit.

"Habría sido, pues, un caso de redondeo fácil de recordar. Los ingenieros habrían recogido el guante, diseñando rutinariamente equipos y procesos basados en esa temperatura mítica de 0 °F, y la legislación habría hecho el resto", aseguran los investigadores.

Frente a esto, Baquero y Ariño aseguran que desde un punto de vista ecológico "todo consumo de energía se traduce en un impacto en el medio que, hoy, puede medirse con harta frecuencia en huella de carbono. Pero ¿y si no hiciera falta enfriar tanto? ¿Sería posible mantener los alimentos congelados en condiciones de seguridad a una mayor temperatura y, de paso, reducir el consumo energético?

La respuesta parece ser que sí, y se propone que sea con la referencia de los -15 °C con el fin de que, ante un problema, se tarde en llegar al límite todavía seguro (microbiológicamente) de los -12 °C".
Esta simple medida supondría casi un 5 % de reducción de lo que se consume en mantener la cadena de frío a la temperatura actual.

"Ahorraríamos 25 teravatios hora (TWh) al año (un teravatio hora equivale al consumo anual de electricidad de 150 000 personas que viven en la UE), asimilable a 10 millones de toneladas (Mt) de gases de efecto invernadero, o lo que emiten tres millones de automóviles, tantos como circulan en toda Dinamarca. Sería, pues, otro paso razonable en la senda que nos lleva en la dirección de reducir la huella del ser humano en el medioambiente", apuntan los investigadores.
"Vivir sosteniblemente cuesta, pero más costará hacerlo de forma insostenible. Cuanto más se ayuden entre sí las distintas ramas de la ciencia a desmontar leyendas, antes alcanzaremos los objetivos de un desarrollo sostenible más necesario que nunca”, concluyen.

Fuente: EUROCARNE