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6 de junio CONTROL DE PLAGAS

Dia Mundial del Control de Plagas

Solo a través de un enfoque integral de gestión de plagas se puede garantizar la seguridad y la inocuidad de los alimentos para los consumidores

Cada 6 de junio se celebra el Día Mundial de Concienciación sobre la Importancia del Control de Plagas, ocasión que nos viene a recordar la relevancia de prevenir y controlar eficazmente los problemas de plagas en el mundo.

Una oportunidad para dar a conocer el importante papel que juega la industria del control de plagas en la protección de la salud pública, la seguridad alimentaria, las infraestructuras, el patrimonio cultural o los bienes materiales, y también para felicitar a los profesionales del sector por su contribución frente a los retos sanitarios, ambientales y sociales del momento.

La detección y el control de plagas representan una preocupación primordial en el sector alimentario, siendo un área de enfoque constante para los inspectores debido al potencial riesgo que representan para la seguridad alimentaria. Las plagas pueden actuar como vectores de una amplia variedad de patógenos, lo que aumenta significativamente la amenaza de contaminación de los alimentos.

Entre las plagas más preocupantes se encuentran los roedores, que tienen la capacidad de transmitir una serie de enfermedades graves. Por ejemplo, la Salmonella, la Listeria, la E. Coli, la Cryptosporidium, la Leptospirosis y la Toxoplasmosis son solo algunas de las enfermedades asociadas a la presencia de roedores en entornos alimentarios. Estos patógenos pueden causar desde infecciones gastrointestinales hasta enfermedades más severas que representan un riesgo para la salud pública.

Conocer al enemigo

La clave de este enfoque es conocer al enemigo y una detección precoz.

Los excrementos de roedores suelen ser la primera señal de una infestación de ratas o ratones. El tamaño y la textura aportan información para determinar qué tipo de infestación es y cómo es de reciente. Las ratas producen alrededor de 40 excrementos diariamente de unos 10mm, mientras que los ratones unos 80, de unos 4mm y más delgados.

Las manchas en superficies o suelos originadas por el contacto regular con la piel de los roedores es otro indicio. Ratas y ratones son criaturas de hábitos y siempre siguen la misma ruta (como técnica para evitar a sus depredadores) manteniéndose cerca de la pared. En sus zonas de paso es posible encontrar señales de grasa de la piel del roedor.

Para desgastar y afilar sus dientes de crecimiento continuo, los roedores roen madera u otros elementos. Así que madera recién roída junto a alimentos dañados son otro indicio de infestación, así como papel o etiquetas troceadas utilizadas frecuentemente por los ratones para anidar.

Dado que las ratas son fóbicas ante cualquier cosa nueva en su entorno, es importante no tocar nada antes de realizar el tratamiento y eliminarlas, de lo contrario se corre el riesgo de que se propaguen alrededor.

Cucarachas

Las cucarachas son activas especialmente durante la noche. Pasan el día agrupadas en sus cobijos, enviando mensajes a través del olor de sus heces para que otros individuos de su especie se unan a ellas.

El riesgo de contaminación de alimentos por las cucarachas proviene de sus desplazamientos de manera indiscriminada entre la suciedad y la comida, arrastrando los patógenos a su paso. Las cucarachas también regurgitan la comida y manchan los materiales con su olor característico.

Los locales infestados pueden tener excrementos y fragmentos de su exoesqueleto. Las cucarachas pueden encontrarse a menudo en los puntos donde las tuberías cruzan las paredes, dentro de armarios, detrás de los azulejos de la pared o incluso en el interior de los enchufes.

Las infestaciones grandes pueden pasar desapercibidas ya que están completamente ocultas durante el día. Pueden identificarse buscando rayas marrones de excrementos líquidos sobre superficies, iluminando o aplicando un aerosol sobre posibles cobijos, o realizando una inspección de noche, mientras salen en busca de alimento.

Por lo tanto, es crucial implementar medidas efectivas de detección y control de plagas en todas las etapas de la cadena alimentaria, desde la producción hasta el consumo final. Esto incluye prácticas de higiene rigurosas, inspecciones periódicas, monitoreo constante y la aplicación adecuada de métodos de control físicos, químicos y biológicos para prevenir y mitigar la presencia de plagas. Solo a través de un enfoque integral de gestión de plagas se puede garantizar la seguridad y la inocuidad de los alimentos para los consumidores.

La Importancia de la Implementación de la Gestión Integrada de Control de Plagas en Industrias Alimentarias

La gestión integrada de control de plagas (GICP) es un enfoque holístico que aborda de manera efectiva la prevención, el monitoreo y el control de plagas en las industrias alimentarias. Este método se basa en buenas prácticas de limpieza, inspección y vigilancia, junto con el uso de métodos de control físicos y químicos, y una gestión adecuada del entorno. Para entender mejor la importancia de la GICP en la industria alimentaria, es crucial analizar cada uno de estos componentes y su papel en la protección de la calidad e inocuidad de los alimentos.

1. Buenas Prácticas de Limpieza:

Las buenas prácticas de limpieza son la base de cualquier programa de control de plagas efectivo. Mantener un entorno limpio y ordenado reduce las fuentes de alimento, agua y refugio para las plagas, lo que a su vez disminuye su atracción hacia el área. Esto incluye la limpieza regular de superficies, equipos y áreas de almacenamiento, así como la eliminación adecuada de residuos orgánicos.

2. Inspección y Vigilancia:

La inspección y vigilancia constante son fundamentales para detectar la presencia de plagas de manera temprana y tomar medidas preventivas antes de que se conviertan en un problema significativo. Esto implica la identificación de posibles puntos de entrada de plagas, la evaluación de riesgos y la implementación de medidas correctivas cuando sea necesario. La capacitación del personal en la identificación de signos de infestación también es esencial en este proceso.

3. Métodos de Control Físicos y Químicos:

La GICP incorpora una variedad de métodos de control físicos y químicos para manejar las plagas de manera efectiva. Estos métodos incluyen trampas, barreras físicas, dispositivos de exclusión y el uso selectivo de pesticidas cuando sea necesario. Es importante utilizar productos químicos de manera responsable y siguiendo las regulaciones pertinentes para garantizar la seguridad de los alimentos y la salud de los trabajadores.

4. Gestión del Entorno:

El entorno que rodea a una instalación alimentaria puede influir significativamente en la presencia de plagas. La gestión adecuada del paisaje circundante, la eliminación de hábitats de plagas potenciales y el mantenimiento de áreas exteriores limpias y ordenadas son aspectos clave de la GICP. Además, el control de factores como la temperatura, la humedad y la iluminación en el interior de las instalaciones puede ayudar a crear un ambiente menos propicio para el desarrollo de plagas.

A continuación, dos casos potencialmente peligrosos que pueden ocurrir en el sector de manipulación y producción de alimentos por no contar con un programa de Gestión Integrada de Control de Plagas:

  • Contaminación de Alimentos:

La presencia de plagas como roedores, insectos o aves cerca de las áreas de manipulación de alimentos puede aumentar significativamente el riesgo de contaminación. Estas plagas pueden dejar excrementos, pelos, plumas o residuos de piel, transmitiendo así patógenos que pueden causar enfermedades transmitidas por alimentos (ETAs). Además, las plagas pueden contaminar directamente los alimentos al entrar en contacto con ellos, ya sea durante el almacenamiento, la preparación o el servicio.

  • Daños a la Infraestructura y Equipos:

Las plagas también pueden causar daños a la infraestructura y equipos de las instalaciones alimentarias. Por ejemplo, roedores y roedores pueden roer cables eléctricos, tuberías y materiales de construcción, lo que puede provocar cortocircuitos, fugas de agua u otros problemas estructurales. Además, las plagas pueden dañar equipos de cocina, utensilios y envases de alimentos, lo que puede resultar en pérdidas económicas y disminución de la eficiencia operativa.

En resumen, la implementación de un programa de Gestión Integrada de Control de Plagas es fundamental para garantizar la calidad e inocuidad de los alimentos en las industrias alimentarias. Al combinar buenas prácticas de limpieza, inspección y vigilancia, métodos de control físicos y químicos, y una gestión efectiva del entorno, las empresas pueden prevenir eficazmente la presencia de plagas y proteger la salud y seguridad de los consumidores.

Fuente: HSE SolutionHigiene Ambiental

 

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